jueves, 5 de diciembre de 2013

Ética para Amador de Fernando Savater

El otro día conversando con un compañero sobre la lealtad y la amistad, terminó recomendándome la lectura del libro Ética para Amador de Fernando Savater; sí, Savater con "v". El autor, escritor, filósofo y reconocido ensayista escribe este libro conducido por el vínculo padre e hijo; con él pretende transmitir la esencia de la ética. Y lo consigue. Además, de una manera amena, con un lenguaje sencillo, no por ello menos acertado y fluido.
 
A través de los capítulos, Fernando padre va desgranando lo que describe con  la frase "vivir la buena vida", lo que cree es lo que desea él, su hijo y cada uno de nosotros que buscamos la felicidad. Con ejemplos varios nos insta a convertirnos en lectores y actores críticos, que no incendiarios de la vida, y buscar las actitudes que nos aportan este "buen vivir"... Aunque en un principio la idea fuera tener éxito, bienes materiales lujosos, etc., o ello nos han "vendido", al adentramos en cómo se traza el trayecto para "vivir la buena vida" y vemos que muchos han sucumbido ante la visión o ilusión antes mencionada y no han conseguido ser felices, si no que han malvivido y se han quedado solos por tratar a los demás como objetos, empezamos a vislumbrar una manera más interesante y realista de conseguir la felicidad.
 
Somos interdependientes y libres, por alguna razón existen los derechos humanos, aunque en momentos estén allí para que volteemos la mirada con un silbido... Savater nos invita a sacar jugo de la ética y a accionar siempre basados en la dignidad de la vida, a no criticar al vecino, gobierno, etc... si no cumplen algunos de los derechos de la lista pero a ser nosotros ejemplos de lo que la ética del vivir bien representa.
 
Al principio del libro me sorprendió mucho la frase: "sospecho de cualquiera que me diga que no le interesa el dinero...", la lectura me ayudó a comprender que ella tenía que ver con el Amor a uno mismo y mucho que ver con tomar acción en nuestras vidas. Nuestro buen vivir irá completamente relacionado con el amor que nos prodiguemos; por lo que entendí por primera vez, no sólo de mente, sino de corazón, algo que repetimos hasta cansarnos pero que es verdad: "solo amándonos a nosotros mismos, podremos amar a los demás y que por contrapartida nos amen".
 
Al amarnos, somos sinceros con nuestras necesidades y podemos entender que los demás tienen las suyas, de tal manera eso nos abre el corazón a los demás para poder convivir poniéndonos en el lugar del otro. En resumidas cuentas, es importante ver que, pasen los años que pasen, la esencia vital de las personas es la misma - nacer, amar, luchar y morir- , y ello, nos humaniza a todos.

Ian Bermúdez
 

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