Estos días termino la
lectura en inglés de The Unlikely
Pilgrimage of Harold Fry por Rachel Joyce, bestseller de The Sunday Times, que llegó a casa como
regalo de un viaje a Londres. Un regalo de última hora. Primero lo leyó una
amiga y me animó a que me pusiera en seguida manos a la obra. Así que una vez
hube terminado la lectura que tenía entre manos empecé con el peregrinaje del Sr. Fry.
Y no me decepcionó, al contrario, a medida que iba leyendo, más ganas tenía de
llegar al final.
El protagonista, el Sr.
Fry, toma una carta que le llega de alguien a quien daba por amistad perdida como llave para poder redimir su pasado.
Jubilado, ya no tiene nada que perder. Vemos como en este caso el hecho de
iniciar la caminata para poder visitar a su remitente acechada por un cáncer se
vuelve una caminata comparable al camino de Santiago de los creyentes en el
cual todo el pasado va saliendo a flote y ya nada de lo callado puede seguir
tapado.
Es interesante ver como
entramos en esta “noche oscura del alma” de manera dura, hiriente y sin
preparación, es un impulso de bien a dentro el que le hace dar un paso detrás
del otro.
La importancia de dar sentido a la vida de
uno, de que el camino valga la pena y de entender lo que realmente es
importante del camino, ya que el protagonista primero va equipándose gracias a
personas de cosas que se cree necesarias pero que finalmente descartará por el
hecho de mantenerse verdadero con su ser. De alguna manera Fry va encendiendo la luz
que hay en su interior y ello lleva a que personas que andan buscando se
sientan atraídas por la historia y el trayecto que está recorriendo –de Kingsbridge
hasta Berwick… más de 700 kilómetros.
Fry consigue transformar
un pasado de total soledad, desamor, un matrimonio roto y su sensación de
incapacidad para ser padre y darse una segunda oportunidad, aunque eso no se
sabe en ningún momento. Su decisión de caminar movilizará a su mujer a sacar las telarañas que la monotonía del día a día habían instaurado en la
relación ya cristalizada. Los dos harán una retrospectiva que les hará regresar
al inicio de todo, del amor entre los dos, de la alegría de vivir juntos la
vida, de caminar juntos.
A lo largo de la
narrativa vemos de qué maneras las vidas de las personas se ven afectadas por
la infalible espada de la comunicación y la falta o no de sinceridad en el diálogo, esencial para la energía vital de las
personas. Expresar es manifestar la existencia de algo y poder ver si ello es
real, irreal, ilusión… la importancia de lo escondido para poder pedir el
perdón anhelado…
Un libro que consigue que
rías, llores, y que aflore la compasión por el caminar de cada uno… ¡feliz trayecto!
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