Con un sentimiento de culpabilidad, hoy, de nuevo, cojo el coche...por dos sensaciones en particular: primero, que mi conciencia sobre la procedencia de la energía que alimenta al vehículo hace que en los últimos meses esté creando una vida libre de automóvil; pero al mismo tiempo, mi realidad y la de las personas con la que convivo no se me plantea el objetivo como tarea fácil. La otra es la corroboración que muchas personas han tenido que dejar aparcado sus vehículos por no poder lidiar con su mantenimiento y recurrir a otros medios, como el transporte público.
Mientras voy echando humo hacia el centro de ioga, que se encuentra cerca de la estación de trenes (aún no he conseguido ir en bici ni a pie a la estación, y así ganar en salud y economía, aunque lo de la economía no sé si es tanto con los precios de los billetes de tren ,pero de todas maneras, el transporte "público" en sí es mejor en consumo global que el total de los vehículos individuales),mansamente sigo circulando por los distintos semáforos y rotondas...al pasar al lado de la gasolinera de turno, una fila interminable de vehículos a la venta...si es que deberíamos hacer desaparecer nuestra necesidad individual de esto...
Mientras me libero del sentimiento, en la radio una noticia sobre las empresas de coches para compartir e alquilar, a eso vamos, ya lo escuché unos meses antes. Me parece una brillante idea, compartir, ¡claro que sí!, así a medida que siga practicando ioga, el aire que respire en los ejercicios irá siendo más fresco...
